Fiesta en casa de los franchutes

Lo primero de todo perdón por estar varios días sin escribir, pero he estado un poco liado estos días.

El pasado viernes nos fuimos de farrita por la capital irlandesa. Unos franceses de la escuela organizaron una fiesta en su piso y ahí que nos fuimos. Carmen (la sevillana), que se apunta a un bombardeo, se enteró de la fiesta, y ahí que nos plantamos. Tengo que reconocer que estaba bastante cansado, pero mereció la pena ir porque conocimos a mogollón de gente allí.

La casa era chulísima, en el centro de Dublín. Allí viven cuatro gabachos y dos uruguayas, Sofía y Lucía. Llegamos a las 9 de la noche al piso y salimos de allí pasadas las 3 de la mañana. Lo que más me llamó la atención fue que montamos una tremenda y nadie protestó (me refiero a los vecinos). Si en España hubieramos montado algo semejante los polis se hubieran presentado en la fiesta en menos de media hora.

Conocí a mogollón de gente. Conecté muy bien con dos chicas, una brasileña llamada Marcela, que quiere recorrer españa este verano (ya le he invitado a Sanse) y es todo un bellezón. Los franceses, que son unos babosos, no le dejaron en paz en toda la noche. No tengo fotos suyas, pero en la siguiente fiesta me saco una con ella para que la veais.

Luego también estuve hablando con una sueca, que se llama Isabel, pero era completamente diferente a lo que entendemos nosotros por una sueca, porque era morena y de ojos oscuros. Lo que más me alegra es que hablé con ambas sin ningún tipo de problema y me entendieron a la perfección. Os pongo una foto en la q salgo con ella.



Lo que menos me gustó de la fiesta es que a partir de cierta hora sólo había españoles. No exagero si os digo que si en la fiesta había 50 personas a las 2 de la mañana al menos la mitad eramos españoles, lo cual no me hizo ni pizca de gracia.

Os pongo una foto en la que salgo con Carmen y otra en la que salen Carmen e Isabel, para que luego os quejeis de que no os ilustro el Blog!!!




Esta semana me voy a poner a buscar trabajo, pero creo que va a ser complicado encontrarlo. Lucía, una de las uruguayas, me dijo que ella se tiró más de dos meses buscando, y que finalmente le contrataron en un Starbucks, con el salario mínimo, 1400€, casi nada. La verdad es que las uruguayas eran muy simpaticas, y me extrañó bastante encontrar gente de sudamerica, puesto que por aquí no abundan.

Bueno, me despido por hoy. Prometo seguir actualizando esto. Muchas gracias a los que entrais a leerlo y dejais comentarios.

Ciaoooo!!!